MALINALI/OPINIÓN
Sería de necios no reconocer el avance que en materia de seguridad ha registrado el estado de Zacatecas durante la actual administración de Miguel Alonso Reyes.
La millonaria inversión aplicada en esta materia, si bien no ha superado las expectativas, ha sido un factor de importancia para contrarrestar el clima de violencia que ha imperado en los últimos años en el territorio estatal.
Obtuso sería afirmar que las Unidades Regionales de Seguridad no han contenido, aunque sea en algo, el trasiego de drogas por las carreteras de la entidad y la presencia del crimen común y organizado.
Acciones como la evaluación de los elementos de los cuerpos de seguridad y mejoras en la calidad socio económica de sus elementos son hechos de una administración que le apostó de manera sustantiva a mejorar las políticas de seguridad.
El pasado 4 de junio, los zacatecanos no solo eligieron nuevo gobernador y demás autoridades, también refrendaron, aprobaron y dieron un voto de confianza al trabajo realizado por Miguel Alonso en estos casi ya seis años.
Entonces, en este escenario, de ninguna forma se entiende por qué desde la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) se pretenda iniciar una campaña para exagerar, sí, exagerar y desvirtuar los aciertos en esta materia.
Una campaña donde se pretende hacernos creer, en su fragmentada visión, que los poco más de un millón de habitantes vivimos en un Zacatecas rosa y los niños y jóvenes corretean por verdes praderas, o en su caso, por los Portales de Rosales bajo la mirada protectora de nuestros policías.
Un Zacatecas donde solamente los “malos” se mueren en sus enfrentamientos.
La gente bien nacida y honesta no, a ellos el crimen y la violencia no los toca, y sin por azares del destino los afecta es de manera mínima, imperceptible.
Necio, obtuso y retrógrada es que en la etapa final de esta administración los responsables de seguridad nos quieran vender esta “gran idea” a los zacatecanos, repito, habiendo acciones y avances dignos de reconocer y aplaudir, sin la visión patológica y esquizofrénica de estos dos Zacatecas: El Zacatecas que vivimos día a día y el Zacatecas demente y rosa, que ellos nos quieren ofrecer.
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