“EL SUJETO MIGRANTE: UN EXTRANJERO PARA SÍ MISMO”

ALDO ÁVILA/OPINIÓN

Cuando utilizamos el significante migrante, velamos e implicamos la diferencia entre inmigrante y emigrante. Inmigrante es el sujeto que llega al lugar del Otro y emigrante es el sujeto que se va al lugar del Otro. Está delineado también el sujeto que se queda en “su” lugar y el sujeto que “recibe” al otro en su lugar. Se trata de una diferencia de perspectiva en términos geométricos o geopolíticos, o de localización subjetiva en términos psicoanalíticos: “Estar a punto de irte, o bien, haber llegado ya”. Por otro lado está “El que recién recibe a alguien y también el que recién lo ve partir”.. Al final, la tesis psicoanalítica es que: siempre se trata del mismo sujeto en el mismo Lugar.
En términos más amplios no solamente decimos que el inmigrante y el emigrante es el mismo sujeto, sino también que el que recibe a alguien más o el que lo ve partir, es el mismo. Es decir que todos recibimos y perdemos, y que todos vamos o venimos, y que siempre lo hacemos sin poder huir de los que somos: sujetos hablantes, sexuados y mortales. Sí en el fondo del fenómeno migratorio, está la ilusión de poder huir de nosotros mismos, ilusión que en términos generales, compartimos con la humanidad en toda su historia, en todo el mundo y sin fronteras. La diferencia es principalmente imaginaria..
¿DE QUÉ SUJETO Y DE QUÉ LUGAR SE TRATA?
Miller: “Debemos decir que ser un inmigrante es el estatuto mismo del sujeto en el psicoanálisis. El sujeto como tal, definido por su lugar en el Otro, es un inmigrante. No definimos su lugar en lo mismo porque solo tiene lugar en lo del Otro. El problema del sujeto precisamente es que ese país extranjero es su país natal.”
J.Alemán : “Indagar ahora la experiencia política implica revelar la estructura y la constitución del sujeto que la soporta y es responsable de la misma”
El psicoanálisis y Lacan, nos enseñan que el Hombre en toda la extensión de la palabra, el ser humano, no nace solamente en términos biológicos sino que sobre todo nace en términos simbólicos, es decir, que está irremediablemente sujeto al lenguaje. A esta nueva categoría del ser humano la llamó: Sujeto del Inconsciente. Y es necesario que en el siglo XXI la tomemos en cuenta, como punto de partida, para poder pensar la política contemporánea y más aún, una posible nueva política. ( A esto, Jorge Alemán le llama: una Izquierda Lacaniana.)
Intentaré transmitirles hoy las coordenadas subjetivas en donde encontramos al sujeto del siglo XXI, así como los impasses que representan los malestares contemporáneos, incluyendo por supuesto, principalmente al fenómeno migratorio.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *