OPINIÓN/MALINALI Hasta hace unos días, Lupita Medina, candidata a la presidencia municipal de Zacatecas de Unidos por Zacatecas (PRD-PAN) venía realizando una intensa campaña de acercamiento con el electorado, tocando puertas, dando entrevistas a diversos medios de comunicación, construyendo puentes con los actores de la sociedad zacatecana.
Una campaña que a pesar de los escasos recursos económicos estaba dando frutos…
Sin embargo algo paso.
Junto con los rumores de un posible y radical cambio de rumbo de la alianza Unidos por Zacatecas, el cuartel de guerra de Lupita Medina prefirió dejar de lado la propuesta y entrar al juego sucio y a la acusación viperina.
De la noche a la mañana vimos la otra cara de la candidata, no la amable ni la sonriente, sino esa llena de ira, veneno y traición.
Unas horas después, fue la propia Lupita quien se dio cuenta de su gran error.
Hoy lunes 16 de mayo la abanderada de Unidos por Zacatecas echó por tierra todo lo ganado y se hunde sin más al fondo de las preferencias electorales en el municipio de la capital.
Una cosa es segura, de aquí al cinco de junio, Lupita Medina ya no podrá soñar con gobernar el municipio de Zacatecas, por lo menos ya no como alcaldesa.
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