MEADE, UNA VISITA INFAUSTA

ANDRÉS VERÁ DÍAZ/OPINIÓN

No era una visita común, en eso se convirtió. Desde días antes, la oficina de comunicación social del PRI mandó la agenda, desde días antes, ya sabíamos lo que haría el candidato del tricolor en Zacatecas. Nada novedoso, misma parafernalia de siempre, así fue.

José Antonio Meade llegaba luego de rotundos fracasos en Monterrey y Guadalajara, sitios originalmente con presencia priista, donde gobernaron y dejarán de hacerlo, pero ni las propias estructuras se movilizaron. El descontento por ser el ungido es real, se palpa, más la operación en contra de Osorio, deja eventos grises, sin sabor.

No fue la excepción Zacatecas, donde comenzó con un escuálido desayuno en un hotel céntrico, rodeado de policías estatales, de tránsito y su séquito impresionante de guardias del Estado Mayor Presidencial. Algunos de los asistentes, forzados ante la misma circunstancia, pero renegando la situación. Meade, seco, sonrisa falsa, se sentó, sin forma ni discurso, palabras sueltas sobre la economía. “Tenemos que fortaleces la economía de Zacatecas”, “bla, bla, bla”, nada concreto, el aire acondicionado succionó la débil gramática del exsecretario.

Luego, el evento, llenado por Antorcha Campesina y la CNOP, finalmente para eso son (por cierto, el coqueteo de Osvaldo Ávila con los Monreal para hacer creer se irá a MORENA, tan falso como el mitin priista), llenaron el Centro Platero, con algunos huecos por la mala organización. Un sitio lleno, pero vacío, sin ánimo, caras tristes y obligadas. El Estado Mayor no permitía la entrada, detectores de metales. La gente decía y no miento “vámonos, ya nos dieron nuestros cien pesos”. ¡Cien pesos!, que miserable es el PRI, la miseria de la gente los recibe. Por fin entramos, una división elitista al interior, priistas de primera, segunda y tercera. Meade le tiene miedo a la gente. Por fin entra y su sonrisa parece hecha con cinta adhesiva, le cuesta mantenerla, selfies y más selfies, comienzan los gritos de apoyo, entre la prensa se comenta, que lamentable espectáculo adorar una maquinaria que le ha costado al país su libertad, su seguridad, miles de millones, miles de corruptos impunes, así es el PRI.

Impresionante, se cuenta, 20, no 25, no 35, más de 40 elementos de guardias presidenciales al interior. Chícharos, lente oscuro, prepotencia, bolsa café y chalecos. Sí, es el EM, se nota en la prepotencia. Entra el discurso, no trae nada el pobre señor, ¿dónde está la inteligencia?. Sin chispa, Mal, muy mal, alaba a Miguel Alonso, ¿nadie le dijo que ese nombre no debe sonar más en Zacatecas?. Escuálido el aplauso. Nombra a Puente, silencio sepulcral. Saluda a Tello, dos segundos le dedica. Habla de seguridad, de empleo, trata de evocar demagógicamente sus orígenes jerezanos, hay aplausos, parece que eso despertó a la gente. No, no tiene discurso, un montón de idea sueltas, lo obvio no diagnóstico, es obvio. Sin pulso en la palabra, no sabe manejar tiempos. Se baja tras 14 minutos de letanía. Selfies, más selfies de los acarreados, perdón, de diputados y alcaldes. Salimos la prensa para la entrevista programada por el PRI estatal, “no por aquí no”, un guardia increpa; “vamos por allá entonces”, otra puerta cerrada. Esperamos a Meade en un callejón, le gritamos para entrevista, voltea y se aleja, Enojo hasta en reporteros oficialistas. ¡Amlo 2018! gritan algunos. Sí, si hay mucho enojo social, la soberbia priista no se da cuenta.

Vemos un montón de ceneopistas esperando a Meade a la salida del recinto, esperamos ahí, Sale primero un auto compacto lleno de guaruras, luego él en pickup de lujo, dos minutos a la prensa molesto, sin bajarse del vehículo. CNOP le pide foto, accede y se baja, “¿para eso si te bajas?”, le reclama un reportero a Meade, “no vas a dar entrevistas o de qué se trata”, cuestiona otro. Meade enchueca la cara, “ a ver déjenme atender aquí” dice. Por fin, se pone de pechito, porque custodiado de elementos de seguridad, ¿quién le tiene miedo a qué?. Pregunta resuena, “¿Se siente seguro en México y Zacatecas”?, sí, contesta. Que más podía esperarse, la respuesta tendrá eco, será motivo de repudio. Camina sólo, ¿para qué tanta parafernalia de seguridad?. ¿Quién te va a matar o qué?. Siguen las preguntas en otros sentidos, nada concreto, pura evasión. Por ahí los pribots se encargan de calificar sus respuestas como de inteligentes. La evasión pudiera ser inteligente, pero no queremos verborrea, queremos soluciones. Parezco demasiado ingenuo, el PRI no da soluciones, crea muchos más problemas.

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