LXII LEGISLATURA, UNA VERGÜENZA INSTITUCIONAL

ÁNDRES VERA DÍAZ/OPINIÓN

La LXII Legislatura, desde el primer día de funciones, se avizoraba como una de las más grises de los últimos 3 sexenios, y no era una perspectiva a priori, pues tan sólo por muchos nombres, era predecible el actuar en su conjunto.

Tal vez 4 ó 5 se salven de lo que es un hecho ya irrefutable a tan sólo 6 meses de tomar posesión, como una Legislatura mediocre, echada, lastimera. Me refiero en particular a Luis Medina, Geovanna Bañuelos, Roy Barragán, Omar Carrera, Osvaldo Ávila y Samuel Reveles, claro, con sus bemoles respectivos.

Las últimas tres sesiones han expuesto a los diputados como aviadores institucionales al servicio de su billetera. Plenos vacíos y nula discusión legislativa. Ahora “trabajan” exhortos a otros poderes para problemas sin análisis de fondo. En 3 sesiones, el 90 por ciento de la agenda son puntos de acuerdo. En 3 sesiones, casi 40 faltas, en una de éstas, tuvo que cerrarse la propia sesión por falta de asistencia.

El primer día de sesiones, los 30 diputados, completamente inmóviles, pareciera que la disciplina militar se hacía presente, un silencio casi perturbador permeaba el pleno inquietando a los que ya conocemos como es el ambiente interno. La burla era inequívoca, la seriedad y la imagen profesional duraría a lo mucho 4 sesiones más, comentábamos reporteros y periodistas en el área asignada a la prensa. No erramos, así fue y así es.

Ahora, la sesiones transcurren entre puntos de acuerdo, poemas, felicitaciones al poeta, acusaciones de agresión de género, pancartitas insulsas, cumbias de manifestantes -quienes no son escuchados y simplemente no existen-.

Los temas torales quedan en un ataúd podrido, Aborto, matrimonios igualitarios, fuero, revocación de mandato, cuentas públicas corrompidas, impuestos y más impuestos, mientras sus 385 mil mensuales son depositados constantes, sonantes. Cambios de “look”, despensitas, veredas zacatecanas ubicadas en Cancún, prepotencia y altanería, los contrastes.

Muchos son divos y divas, por mínima cortesía no saludan, “hacen el favor unos cuantos”. Se quejan entre pasillos que la prensa los golpetea y exigen que el área de comunicación los defienda, olvidan que es una institución, no un área de mercadotecnia personal. Comisiones legislativas olvidadas como la de Cultura y Editorial. Reducción de beneficios risibles, aviadores presentes.

La Ley Orgánica interna señala que cada diputado debe presentar por lo menos una iniciativa por periodo, muchos ni siquiera dan cuenta de la exigencia de su propia normatividad. Llegan cargados de documentos, para fingir trabajo, no se expresa el mismo. Otros con el celular en la mano “whatssapeando” sin revisar siquiera el orden del día. Fracciones agachadas, calladas ante la urgencia de la acción parlamentaria.

La pasada Legislatura, también con tremendos errores como el aumento de la deuda pública y la Ley del Issstezac parecía tener mayor nivel de debate político y propuesta, los Femat, los De Santiago, los Medina, Calderón, Figueroa, Cervantes, Nava, Flores, Zamora y en su momento, la propia Soledad Luévano tuvieron sus momentos de encanto, de nota, de análisis, de trabajo intenso, hoy, se tratan llamamientos y nada más. El Congreso zacatecano es de los 5 mejor pagados en el país y de los más improductivos,  por eso, estos cargos se pelean como guerrade caninos al interior de los partidos. La cultura de la mediocridad y simulación en su máxima expresión. Viene el 2018, ¿usted por quién votará para aquellos que pretendan reelegirse o asumir otro cargo?.

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