LAS CRISIS MUNICIPALES Y LOS CANDIDATEABLES

ANDRÉS VERA DÍAZ/OPINIÓN

Cinco hechos han marcado en la última semana una crisis en los dos municipios “metropolitanos”, y por supuesto, no han faltado quienes aprovechan los desaciertos actuales e históricos para hacerse promoción electoral, enmascarados en un supuesto interés ciudadano.
El nuevo descarrilamiento del tren sobre avenida Celaya en la capital, ha dejado de manifiesto nuevamente que no hay capacidad para exigir a la empresa Ferromex que tenga una responsabilidad directa en el problema, que hasta el momento no ha dejado una desgracia mayor, pero hasta que se registre, tomarán cartas en el asunto. Aunque el secretario de Infraestructura, José Francisco Ibargüengoytia Borrego, indicó que sacar las vías del ferrocarril de la mancha urbana representará una inversión superior a los tres mil 400 millones de pesos, el problema que cada año vuelve a ser noticia, no ha tenido la atención pertinente.
Luego, el ambulantaje en el centro histórico, especialmente en Plaza Bicentenario ha suscitado al interior del Ayuntamiento capitalino, una disputa directa entre la alcaldesa Judit Guerrero y el secretario de gobierno, que dan órdenes contradictorias en un afán casi mental, por mostrar músculo, pero el fondo es el proyecto de embellecimiento de la ciudad, en un plan del manejo del primer cuadro, que como siempre, se infiere en el negocio gubernamental más que la apuesta por el fomento turístico.
Los vendedores de diversos productos pagan una cuota semanal, recurso que no tiene transparencia pues no se conoce el destino de los cobros, pero además, su presencia que obedece primordialmente al sustento familiar de los mismos, la preocupación que se sobrepone es el pago de cuotas al crimen organizado, algo que es secreto a voces, pero que nadie quiere denunciar ni las autoridades pretenden atender.
Por si fuera poco, la intención de correr a los usuarios del rastro municipal y de construir un estacionamiento en el Mercado de Abastos, se sustenta de igual forma en apoyar a la iniciativa privada, alejando los intereses de quienes tienen décadas trabajando en el lugar. Y es que el Gobierno del Estado ya considern la demolición del Rastro Municipal como una decisión tomada sin consulta previa.
Luego, en Guadalupe, la pretensión de construir una virgen monumental con recursos públicos ha suscitado una división significativa en la opinión pública, en la que algunos repudian el proyecto y otros, muy pocos, la aplauden bajo el pretexto de “la promoción turística”, y es que por ejemplo, el museo de La Quemada tiene dos años en el abandono. Además, la violación al laicismo establecida en la Constitución.
Después, el caso Luévano, donde se ha exhibido que el exalcalde guadalupense y actual líder del PRI, debe solventar y en todo caso resarcir 7 millones de pesos por malos manejos financieros en su administración, aunado a la suspensión de dos funcionarios del ayuntamiento guadalupense, atesta golpes con una intencionalidad electorera.
En Zacatecas, aunque las aspiraciones para suceder a Judit por parte de Arturo López de Lara ya son manifiestas, ha guardado cierta reserva porque aún es incierto el panorama político en torno al Frente Ciudadano, por lo que no es prudente asumir una actitud de reto a la administración priista. Por otro lado, Cuauhtémoc Calderón ya inclusive cambió el nombre de su página de Facebook aterrizándola a una proyección para la capital, no hubo para más. Ha publicado un video donde critica, hasta ahora, en octubre del 2017, el quehacer municipal. Otros candidateables como Mara Muñoz, amagan por aquí y por allá, esperando definiciones más claras, sin entrar en el protagonismo a utranza, En el PRI, todo indica que Judit no quiere relegirse, por lo menos los conflictos no marcan la tendencia.
En Guadalupe, Carlos Salmón, contralor municipal ha sabido manejar tiempos, por los menos mediáticamente, aunque su indefinición política merma en todo caso sus aspiraciones, con coqueteos a la dirigencia de MORENA y al chiste llamado Fuerza Monrealista, que apuntala a dos que tres nombres, ninguno con solvencia moral para darle un giro radical al municipio. Están más preocupados por mantener su estructura al son de promesas fantasiosas que por encumbrar un proyecto definido, el discurso es el mismo, las acciones completamente contrarias.
Osvaldo Ávila no baja la mano para ser el candidato tricolor, pero entre la espada y la pared, mantiene sus cuadros con la gestión, confiado en el voto “duro”, pero desatendiendo el indeciso, que sin duda, con el hartazgo social, se ha inflado. Apoya los proyectos del alcalde Enrique Flores y hasta el momento, la relación es cordial con el presidente, pero la duda estriba en que Flores podría reelegirse pero también existe la posibilidad de otro cargo.
Por lo pronto, la crisis política y de gobernabilidad en ambos municipios ha caído en un bache, de esos que se encuentran en El Orito y la calzada Siglo XXI, baches profundos y acuosos. El tiempo apremia, ¿saldrán avantes para iniciar 2018?, un año en el que las acciones gubernamentales influirán más que las promesas de campaña.

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