ANDRÉS VERA DÍAZ/OPINIÓN
“Nunca se fue”, “De vuelta a casa” comentaron David Monreal y Carlos Puente respectivamente tras el retorno de Cuauhtémoc Calderón al Verde. Ambos tienen razón.
El propio restaurantero lo dijo, la salida “momentánea” del partido que lo llevó a ser diputado local fue por animadversiones con el entonces Gobernador Miguel Alonso y de ahí, el apoyo a la candidatura de Monreal en la elección pasada.
Dicen desde Morena, que Calderón aportó solamente 870 votos para la capital, pero políticamente el mensaje era ir contra el sistema, mismo sistema que pretende imponer candidatos débiles, gran ironía.
La aspiración de Calderón para ser el candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia” fue alimentada por el PES, que bajo la batuta de Nicolás Castañeda, cabildeaba en reuniones en la Ciudad de México que la capital fuera siglada para su partido, cuestión a la que se opuso Fernando Arteaga, era imposible entregarle la estructura y la simpatía de Morena a un partido con nulos activos en el municipio.
Femat también apoyaba a Calderón, pero faltaba un ingrediente, el aval de la dirigencia morenista, que se ha conducido con suma institucionalidad, políticamente es un factor que da frutos muy maduros, casi al punto de echarse a perder, Sólo le aseguraban a Cuauhtémoc participar en el proceso interno, eso era una especia de sí a su pretensión, Lectura que no e alcanzó a ver por Calderón. El problema fundamental, es que los avales son 4, la firma de David era necesaria, pero como ya lo hemos comentado, no era viable para las aspiraciones del fresnillense en el 2021, quiere ser de nueva cuenta candidato a Gobernador y dejar pasar al empresario, significaba casi su muerte política. Y es que, es preferible tener a un partido debilitado para poder negociar bajo el chantaje de la marca, así es esto.
Ahora, el paso o coqueteo de Calderón a diversos partidos políticos dijo “es en busca de mejorar las condiciones de la ciudadanía”, en términos prácticos, los partidos son una forma de acceso al poder y solamente eso.
En diversas encuestas que circulaban, Calderón se colocaba al frente en varios escenarios, si claro, Soledad Luévano no fuera competencia directa, pero bajo la ruta de la contadora, Calderón tenía un camino abierto para reposicionarse. Ahora, el mapa de preferencias podría cambiar, el retorno del empresario vuelve competitivos hasta a los más débiles en la guerra por la capital, otra ironía.
La marca Verde está desgastada, pocos o nulos resultados locales y con una crisis nacional, aderezado por su colusión con el PRI, ha permeado en la población generar un voto de castigo implacable, y a eso apuestan revertir con un candidato con fortaleza en la intención de voto, pero, aquí la gran pregunta. ¿esas preferencias seguirán vigentes?, Unos dicen que sí, minimizadas pero alcanza. Lo dudo, todo dependerá de quien coloque Morena. ¿Podría ser que Arturo López de Lara logre acuerdos con el oficialismo?. La enemistas personal entre él y Calderón es manifiesta, pero en política eso es lo de menos.
La identificación con la forma de pensamiento ciudadano cansados del régimen de impunidad, violencia y corrupción no se palpa, el elitismo de los cotos de poder parecen ser suficientes aunada a una estrategia mercadotécnica, un show preparado, al pueblo al último, ya llegarán los tiempos de las dádivas.
Finalmente, el bloqueo se dio, el Verde lo agarra.Si Cuauhtémoc llega, ¿podrá exhibir las triquiñuelas de un gobierno municipal con bajo perfil en la atención ciudadana?.
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