SOBRE LA POLÍTICA EN MOMENTOS ELECTORALES

Por Aldo Ávila

“La psicología de las masas y el análisis del yo” es sin duda uno de los textos que Sigmund Freud nos hereda para pensar la política, ahí podemos encontrar la tesis de que la “masa” se comporta de la misma manera que el “Yo”, y la formulación de que la identificación de la masa con un líder puesto en el lugar del ideal, es lo que va a motorizar y explicar la dinámica de ésta última. Así que para pensar la política y su relación con las masas, el pueblo o la ciudadanía en este caso, no podemos prescindir del concepto de la identificación, así como tampoco el del “Ideal del yo”.

A quién o a qué, en el caso de las elecciones? Al candidato de un partido político o al partido político mismo. Que entre ellos dos, de hecho hay una relación filial “inevitable”: el candidato sería el hijo y el partido político el padre o el nombre del padre, el apellido.

Por otro lado, sabemos que Jaques Lacan es un convencido de que el gremio político, es una comunidad de goce, que comparte el pacto de conservar  y turnarse el poder, para siempre; es decir no pasar el poder a ningún otro gremio: La política en manos de políticos, por siempre, para dejarlo claro. Puede parecer obvio, pero no lo es.

Hay gente que puede pensar, con las mejores intenciones o razones, que debería pasar a las manos de la ciudadanía, cuando realmente  pasa a las manos que supuestamente la ciudadanía general escoge “libremente”, que los representa, Sí, en dónde los representa? En los 3 poderes de la Unión, del Estado, pero éstos ya son del gremio político. Son representados ahí, pero ya no son ellos, ya no es el pueblo.

Responde a la lógica del sistema de la República democrática y su constitución.  Además, podríamos agregar el principio psicoanalítico de que “nadie puede ser representado por otro”: Ni los diputados, ni los presidentes, ni los abogados, en el sentido estricto nos puede representar realmente. Digamos que el sujeto es el único responsable de su propia representación.

Ahora bien, el factor del “Ideal del yo” en el momento de la contienda electoral, es un rasgo digno de sacar a relucir, ya que en el sentido más simbólico el “Yo” en términos generales quiere ser el ganador en una contienda, en una disputa, en una batalla. Se le juega la lógica narcisista del “O tú o yo?…”, respondiendo con la sobrevivencia del: YO!

De esto último podemos deducir que en la mayoría de los casos el sujeto elige su identificación por quien cree que va a ganar, y no necesariamente por quien él quisiera que ganara, es decir, no siempre coinciden.

Es bajo este conflicto de intereses narcisistas dentro del mismo sujeto, a nivel inconsciente, como se despliega lo que finalmente será su decisión en el momento de votar.

 

Aldo Ávila

Psicoanalista

En aldoavila99@hotmail.com

Tel: 492 105 32 38

aldo

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