NO HAY FECHA QUE NO SE LLEGUE…

OPINIÓN/MIRIAM SERRANO

No hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla y tal parece que el rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Antonio Guzmán Fernández está aplicando esta máxima con el tema de los aviadores, que ojalá y no pare ahí y siga escarbándole hasta que limpie a esta noble institución.

El caso de Luz Domínguez, la ahora titular de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas fue tan sólo un ejemplo de la talla de personajes que tienen el comportamiento de aviadores en la máxima casa de estudios. Y aún hay más.

Lo denunciado en esta columna evidentemente causó gran revuelo dentro de los corrillos universitarios y, por supuesto, el malestar generalizado en la sociedad ante este tipo de prácticas, dobles juegos y el no conducirse con probidad.

La preparación de la doctora Domínguez Campos no está, en ningún momento, en tela de juicio, mucho menos sus logros profesionales, lo que sí escapa a la regla es el doble papel jugado durante años entre la UAZ y sus otros compromisos profesionales.

El servir a dos instituciones no está mal, siempre y cuando se cumpla a cabalidad con ambas y en este caso en particular no pasó tal, y no lo digo sólo yo, el propio rector en su momento lo señaló y Salvador del Hoyo Soto, coordinador de personal de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), declaró a la reportera Claudia Belmontes de Zacatecas 3.0 lo siguiente:

“Cuando nosotros tomamos posesión del puesto, revisamos la situación y detectamos que sí estaba dada de alta con 20 horas laborales que no cumplía y a partir del 6 de septiembre, que fue cuando nosotros entramos, le redujimos a 10 horas y le comenzamos a descontar entre 450 a 600 pesos cada quincena, esto con el fin de que regresara el dinero que cobró de más”, acotó.

Y añadió “hace unos días llegó un oficio por parte del abogado general de la UAZ, Juan Carlos Girón, en el que se informa que ya no está acudiendo a laborar a la UACyA, razón por la que se le tumbará toda la carga laboral y se le dará de baja de la Máxima Casa de Estudios”.

Lo lamentable del asunto de los aviadores es justamente el tema de las vacas sagradas que han subsistido por años a costa del patrimonio de los zacatecanos y por supuesto, cuando es devengado y bien ganado no hay problema, empero, cuando lo hacen sin trabajarlo, sin sudarlo pues, es cuando se convierte en parte de la misma corrupción e impunidad que hemos venido denunciando.

Las acciones emprendidas por las autoridades universitarias, tienen sin duda muchas lecturas, pues deja en claro, por lo menos la intención de dignificar a la universidad y hacer las cosas como ¡Dios manda!, derechas pues, que quien labore ahí lo haga en tiempo y forma y los que no ¡Que le caigan! Y que no estén ocupando espacios, cobrando dinero y contribuyendo aún más a la crisis de la institución. Y así abrir paso a quienes tienen la preparación y el compromiso de sacar adelante a la UAZ y a su alumnado. Al tiempo.

*Comunicóloga

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uazteca

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